Sería un honor darle la bienvenida en Moscú
El Kremlin volvió a abrir las puertas a una visita del presidente estadounidense, Donald Trump, a Moscú, luego de su reciente encuentro con Vladimir Putin en Alaska. Este histórico encuentro, que tuvo lugar el 15 de agosto, duró más de tres horas y, aunque se calificó de “productivo”, no se alcanzaron acuerdos concretos para dar fin al conflicto.
Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, confirmó que la invitación sigue en pie y que todo depende de lo que decida Trump. En sus declaraciones a la agencia TASS, Peskov destacó que, a pesar de las “declaraciones contradictorias” del mandatario estadounidense, hay un deseo genuino de trabajar en la resolución del conflicto en Ucrania. Putin, por su parte, afirmó que “sería un honor recibirlo en Moscú”.
La cumbre en Alaska fue significativa, ya que marcó la primera vez que Putin visitó un país occidental desde el inicio de la guerra en febrero de 2022. Durante la reunión, Trump expresó que había “una buena chance de llegar a un acuerdo”, mientras que Putin describió la situación en Ucrania como “una tragedia” y señaló la importancia de buscar una salida “sostenible”.
Putin también enfatizó que el objetivo de Rusia es “proteger sus intereses y restaurar el balance de fuerzas en Europa y el mundo”. Aun así, reconoció la necesidad de garantizar la seguridad de Ucrania. En este contexto, el Kremlin está intentando posicionar a Trump como un interlocutor válido para explorar soluciones negociadas.
A medida que surgen estos diálogos, también continúan los ataques en Ucrania. Recientemente, al menos cuatro personas perdieron la vida y más de 40 resultaron heridas debido a un ataque masivo con drones y misiles lanzado por Rusia. Este ataque, que tuvo lugar entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, concentró su fuerza en Kiev, afectando hospitales, fábricas y viviendas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció este acto como un “ataque terrorista deliberado y selectivo”, que duró más de 12 horas. Según informes, Rusia lanzó cerca de 500 drones y más de 40 misiles, incluida armamento nuclear.
Entre los heridos en Kiev se encuentra una niña de 12 años, en un ataque que ha sido calificado como el más grave desde agosto. Zelenski criticó el timing del ataque, coincidiendo con el cierre de la Asamblea General de la ONU, señalando que Rusia busca seguir a la ofensiva y merecería enfrentar una fuerte presión internacional.